Siento el amor, no como una realidad palpable sino como un evento mágico que hace que mi inconsciente y todo lo que me inspira exista sin tener mucho sentido ni explicación coherente: tiene una propia lógica cercana al sueño.
Parto de un proceso de reflexión personal, de diálogo interno, de enfrentarme a mis miedos, de enfrentarme al amor en su más puro sentido. Se trata entonces de una necesidad personal por continuar un proceso de creación que me ha permitido descubrir mis problemas con la comunicación con las demás personas y conmigo misma: me cuesta decir en simples palabras lo que siento y lo que quiero, la única forma de lograrlo es creando, dejando que personajes y situaciones revelen lo que tanto me cuesta. Tener esta forma de desahogo le da un encanto a mi vida, hace que mis historias y sentimientos tengan vida propia, se conviertan en secuencias, casi como una película que revela mis sentimientos y mi vida de una manera poética compuesta por imágenes y escritos.
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