lunes, 29 de noviembre de 2010


Mi primer intento por acercar la fotografía a mis escritos lo tuve con una serie de fotografías que realicé para la materia Estudios y proyectos y estaban basados en el siguiente escrito:

“La sangre que sale de tu boca huele a banano y vodka, lo que desayunamos esta mañana antes de decidir irnos de viaje para siempre o por lo menos, mientras la plata nos alcance, después de vomitar decides darme besos en el cuello, para dejarme ese mágico aroma de tu aliento y piel, para que no te pueda olvidar y se me meta por mi sangre tu amor y odio por la música, tu pasión por los caramelos”[1].


[1] Lina Díaz, 2007.

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